Las primeras gotas de aguas que caen sobre el Parque Nacional de Cabañeros despiertan el instinto sexual de los ciervos y señalan el inicio de la berrea, la atronadora llamada de la naturaleza, que proporciona uno de los momentos más espectaculares que se pueden vivir en el campo.
El ciervo, uno de los animales más llamativos de la Península Ibérica, que habita en gran número las extensas rañas y los poblados montes del Parque Nacional de Cabañeros, se convierte en esta época del año en el actor principal de un espectáculo que concita el interés de los amantes de la naturaleza.
La berrea señala el inicio del ciclo biológico del apareamiento del ciervo ibérico, que como explica a Lanza el director del Parque Nacional de Cabañeros, Carlos Rodríguez-Vigal, se convierte en una de las mejores oportunidades para poder disfrutar en libertad de la observación y el avistamiento de estos grandes ungulados.
Durante la época de berrea los ciervos no dejan de expresar su excitación en el cortejo de las hembras dispersando perturbadores bramidos que no cesan de resonar en los montes, sierras, sotos y rañas del parque nacional.
Los berridos que dan nombre a la ceremonia de apareamiento de los ciervos no son una llamada del macho dominante para atraer a las hembras, sino un sistema de excitación por el cual los machos son capaces de mantener activo su instinto sexual a través de la emisión y respuesta de bramidos.
De esta forma, el ciervo se mantiene permanentemente activo para tratar de cubrir el mayor número de hembras, a las que protegerá para evitar que otros machos puedan aparearse con ellas, garantizando así, la transferencia de genes.
Por el Parque Nacional de Cabañeros, comenta su director, se distribuyen un gran número de harenes de ciervas, sobre las que ejercen su influencia los ejemplares de ciervos más poderos.
Es entonces cuando los visitantes que acuden al parque nacional, puedan recrearse observándolos y escuchándolos.
Las visitas a este espacio protegido, reconoce su director, se multiplican durante los próximos meses, tiempo en el que se puede disfrutar de la berrea, y para lo que el parque cuenta con una amplia oferta de visitas que pone a disposición de los amantes de la naturaleza.
En este proceso de protección de sus harenes puede provocar el enfrentamiento entre machos dominantes y grandes cuernas, como describió el director de Cabañeros, que pueden ofrecer a los visitantes al parque la posibilidad de contemplar “espectaculares combates entre los ejemplares”.
El Parque Nacional de Cabañeros es uno de los mejores lugares para poder oír la berrea, ha asegurado a Lanza la propietaria de la casa rural “El Boquerón del Estena”, Lola González Mosquera, quien ha asegurado que durante estos meses son muchos las personas que se interesan por visitar el parque para disfrutar de la berrea.
Una visita, ha señalado, que complementan con la posibilidad de hacer rutas por los diferentes itinerarios de uso público libre que existen en el parque y su entorno y que hacen que todos ellos “disfruten de una estancia muy especial en Cabañeros”, un lugar, ha dicho, “donde las hadas habitan y donde el tiempo se detiene para disfrutar de una sola cosa, la naturaleza”.
El parque nacional de Cabañeros, situado en los Montes de Toledo, entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, con una extensión cercana a las 42.000 hectáreas de terreno es uno lugar perfecto para escuchar la berrea.
Este espacio ofrece la posibilidad de adentrarse en un amplio territorio público, con el apoyo de guías especializados, que ayudan a facilitar la observación y el conocimiento del bosque mediterráneo.
RECOMENDACIONES
Entre las recomendaciones principales que desde el parque nacional se realiza es la de que las personas que acudan a disfrutar la berrea está el que lo hagan provistos de cámaras fotográficas y prismáticos.
Además, es aconsejable acudir al parque nacional durante las horas de mayor intensidad de la berrea, que suelen coincidir con las del amanecer y el atardecer, aunque a lo largo del día también se pueden escuchar los berridos de los ciervos.
EL PARQUE
Célebre por haber estado a punto de convertirse en campo de tiro, este parque refugio de grandes rapaces, cigüeñas negras y otras muchas especies en peligro de extinción es hoy uno de los rincones protegidos más valiosos de los Montes de Toledo, comarca situada en la submeseta meridional, en pleno centro de España, en las provincias de Ciudad Real y Toledo.
En él se pueden encontrar formaciones vegetales, bosques, matorrales y pastizales, destacando entre los bosques, el mediterráneos y los frondosos caducifolios.
Además, se pueden contemplar formaciones de encinar con piruétanos y encinar con quejigos, el alcornocal con encinas, el alcornocal con quejigos, el quejigar-madroñal o el madroñal, así como, el rebollar con mostajos, con quejigos o las alisedas, fresnedas o el abedular.
También destaca entre la flora y fauna de Cabañeros un gran número de especies, algunas de ellas, endémicas, amenazas y en peligro de extinción, y que conforman gran parte de la biodiversidad del parque nacional.
En total, en Cabañeros existen representaciones de más de 1000 especies catalogadas de plantas, una rica fauna con especies endémicas y amenazadas, de las cuales, 21 lo están a nivel nacional y 43 a nivel regional.
EL CIERVO
El ciervo (Cervus elaphus) es una especie autóctona española y uno de los animales más espectaculares de los que se pueden ver en los montes de la Península Ibérica, con un tamaño que puede superar los 1,30 metros de altura hasta la cruz y un peso que oscila entre los 150 y 200 kilos.
En España hay descritas dos subespecies de ciervos, el Cervus elaphus bolivari presente en toda la geografía peninsular y el Cervus elaphus hispanicus que se encuentra, principalmente, en la desembocadura del Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana
Su color es pardo grisáceo con variaciones oscuras y claras, si bien durante el verano puede cambiar a tonalidades más bien rojizas.
La calidad de los ejemplares viene determinada por el número de puntas que presentan sus cuernas, consideradas un gran trofeo entre los cazadores.
En cuanto a su hábitat, gusta de bosques de gran arbolado, si bien en los días fríos de invierno puede salir a superficies menos espesas, buscando calor y alimento que busca en hierbas, pastos, cereales, cortezas de los árboles o bellotas, que conforman su dieta preferida.
FUENTE:
ANÍBAL B.C. /
LANZA DIGITAL ACTIVIDADES PARA LA OBSERVACIÓN DE LA BERREA DEL CIERVO EN CABAÑEROS
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